Charent Ganadera

se suma al grupo de granjas que deciden apostar por la robotización del ordeño

La ganadería que dirige Jesús Villar Valín en Guntín (Lugo) ha dado en los últimos meses un importante paso adelante en lo que se refiere al bienestar animal y la calidad de vida de los trabajadores con la incorporación de dos unidades del robot de ordeño DeLaval VMS™ V300.

 

En el municipio lucense de Guntín, Charent Ganadera se presenta como un modelo a seguir en cuanto a la adaptación del sector lácteo a las exigencias del siglo XXI. Jesús Villar Valín, al frente de esta granja desde que sus padres se jubilaron, relata la historia de una ganadería que comenzó hace más de setenta años con vacas rubias y que evolucionó hacia una explotación de frisonas que, con el paso del tiempo, ha ido ampliando y modernizando sus instalaciones.
Hoy, esa evolución culmina con la incorporación de dos robots de ordeño DeLaval VMS™ V300, un cambio que refuerza el compromiso de este negocio con la innovación, el bienestar animal y la mejora de las condiciones laborales.

El paso a la robotización, impulsado por la falta de mano de obra
“La robotización era necesaria por las dificultades para encontrar mano de obra”, apunta Villar, quien explica que realizó varias visitas a ganaderías que ya trabajaban con el ordeño robotizado para observar el manejo de estos equipos antes de tomar la decisión. Desde el 4 de septiembre, las vacas de Charent Ganadera son ordeñadas por los DeLaval VMS™ V300.

Antes de este cambio, la ganadería contaba con una sala, también de DeLaval, de 16 puntos, considerada puntera en su momento, pero la creciente dificultad para encontrar personal especializado para las tareas de ordeño los llevó a dar el salto a la robotización de esta tarea.

“La transición fue progresiva”, explica este ganadero. “Durante un mes, las vacas entraron al robot solo para el pienso y, una vez que todo estuvo preparado,  cuando vimos que estaban acostumbradas, apagamos la sala y comenzamos a ordeñarlas directamente en los robots”. Aunque la producción inicial bajó ligeramente, la curva fue al alza hasta alcanzar una media actual de 37 litros por vaca y día. Pero, más allá de los números, Villar destaca el impacto positivo en el bienestar de los animales: “Al no tener que aguantar ubres llenas, las vacas están mucho más relajadas. Esto se traduce en un establo más tranquilo”.

Los beneficios también se extienden al equipo humano: “Para nosotros, la calidad de vida ha mejorado un montón. Ahora podemos gestionar la jornada de forma más flexible, dedicar tiempo a otros trabajos y tener una mayor libertad de horarios", comenta, satisfecho con el cambio. 

Un desafío salvable: La informatización de los datos
La integración tecnológica que acompaña a los robots supone un aprendizaje para cualquier ganadero. En el caso de Charent Ganadera, la informatización fue uno de los mayores retos. “Al principio, fue nuestra hija quien manejó el sistema, ya que tiene más soltura con la tecnología”, reconoce Villar. Sin embargo, poco a poco todos han ido adaptándose.

La aplicación móvil DelPro™ Companion, que gestiona el sistema, es una herramienta indispensable para cualquier ganadería que trabaje con robots de ordeño.
“A diario dedicamos entre 15 y 20 minutos a revisar y actualizar los datos. Somos conscientes de que esto es clave para que todo funcione a la perfección”, explica el gerente de Charent.

El sistema les ofrece datos detallados sobre producción, reproducción y rendimiento individual de las vacas, además de alertar sobre cualquier incidencia, lo que minimiza los riesgos y optimiza el manejo. “Los datos más útiles son los de producción y reproducción, así como los retrasos en el ordeño. Nos ayudan a llevar todo al día”, señala.

Otros equipos de la casa
La relación de Charent Ganadera con DeLaval no se limita a las unidades de ordeño robotizado. La explotación cuenta también con otros productos de la marca, como un tanque de leche, cepillos para las vacas y el robot de alimentación DeLaval OptiDuo™.

Los cepillos, instalados hace dos décadas, “siguen funcionando perfectamente”, destaca Villar, y favorecen la higiene y el bienestar del rebaño.

En cuanto al robot de alimentación, lo describe como “un trabajador incansable”. Este equipo no solo arrima el alimento, sino que también lo remueve cada dos horas, de manera que se aseguran de que las vacas tengan acceso constante a comida fresca y bien distribuida. “Es una herramienta que garantiza que los animales coman más y mejor”, apunta.

Compromiso con el futuro del sector lácteo 
Charent Ganadera es un modelo de resiliencia y adaptación en un sector en constante cambio. Gracias a la incorporación de tecnologías como el DeLaval VMS™ V300, el DelPro™ Companion y el DeLaval OptiDuo™, avanzan hacia un futuro más sostenible y eficiente, asegurando su viabilidad para las próximas generaciones.

“Con la robotización en áreas como el ordeño hemos ganado en tranquilidad, tanto nosotros como las vacas. Hemos adaptado la granja al futuro sin renunciar a la forma de trabajo que nos ha traído hasta aquí”, concluye Villar.

Datos de la granja

Localización: Coto de Goi (Guntín, Lugo)
Encargado: Jesús Villar Valín
Empleados: 2
Vacas en ordeño: 82
Media de producción: 37 litros/vaca/día
Porcentaje de grasa: 3,65 %
Porcentaje de proteína: 3,30 %
Recuento celular: 160.000 cél./ml

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